¿Conoces el origen de las fuentes de energía que usas en tu día a día? El gas natural muy probablemente sea una de ellas. Como podrás intuir, su llegada a nuestras casas no es algo sencillo, sino que implica un proceso complejo.
Cuando abres la llave del agua caliente es difícil imaginarse que la energía usada para calentarla proviene de Argelia, Noruega, o cualquier otro país que podamos pensar.
Para que el gas natural llegue a tu casa, en la gran mayoría de los casos, ha tenido que viajar varios cientos o incluso miles de kilómetros.Entre los principales abastecedores de Gas Natural a España se encuentran: Argelia, Noruega, Qatar, Nigeria, Trinidad y Tobago, Perú, Francia, Omán…
Una vez que el gas natural es extraído de su fuente natural, el transporte hacia el país de destino, en este caso España, se realiza ya sea por una red de conductos de miles de kilómetros de longitud (gaseoducto) o por buques gaseros que lo almacenan de forma líquida para hacer posible su traslado.
Cuando los barcos gaseros llegan a puerto, el gas líquido es almacenado en grandes depósitos donde permanece a la espera de ser regasificado e introducido en las redes de distribución. Una vez que haya terminado su recorrido a través de la red principal de gasoductos, éste es inyectado o derivado a las redes de distribución locales para que llegue a los usuarios.
Las compañías distribuidoras de gas natural son las empresas que llevan el suministro hasta los hogares de los consumidores, y prestan el servicio de distribución a los usuarios a través de las compañías comercializadoras, que son las que mantienen el contrato con el cliente una vez la red de gas ha sido establecida. En todo este proceso, tiene vital importancia el velar por la cadena de custodia del producto, ya que desde que se extrae en el origen hasta que se recibe en España, pasa de unas manos a otras.
Por esta razón, mantener un nivel de control óptimo de cualquiera de estas transferencias se hace indispensable. Para esta finalidad, las partes implicadas recurren a la inspección, la cual debe basarse en la medición del volumen y peso (en tanques de buque y/o de tierra de las terminales); y el análisis químico de la calidad del producto, para lograr la determinación de cantidad y calidad en las transferencias de otros productos a granel.
A diferencia de éstos, en el caso del gas natural licuado, la liquidación se realiza mediante la determinación de la energía transferida entre buque y terminal. Para ello, se recurre a una red de inspectores/as y coordinadores/as cualificados y que, tras conocer los términos previamente acordados por las partes, realizan el cálculo de dicha energía transferida.
Tras este proceso de inspección, la energía que entra en forma de gas natural en las terminales portuarias de nuestro país queda certificada o medida. Es entonces cuando entran en juego las empresas de distribución y comercializadoras, que son quiénes finalmente nos traen la energía hasta nuestras casas.
Sin duda tras este texto, al abrir el agua caliente en casa la próxima vez, seremos un poco más conscientes de la complejidad del proceso de suministro de energía hasta que llega a nuestros hogares.
Cristina Mula
Natural Resources
Oil, Gas&Chemicals Commodities
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